El título Los ojos amarillos de los cocodrilos resulta original, chocante, divertido. Refleja la característica que Pancol considera que mejor retrata a la sociedad. Seres humanos que, como los reptiles, cambian de piel en el trascurso de sus vidas. Así ocurre con Joséphine, la protagonista de la novela, madre de dos niñas adolescentes, que se pasa los días enfrascada en sus libros sobre la Edad Media. Un día, Antoine, su marido guaperas, le abandona por una peluquera y se marcha a criar cocodrilos a Kenia contratado por una empresa china. ¿A quién llorarle? Iris, su hermana, la llama primero. Su opuesta en belleza, dinero e inteligencia se ha inventado en una cena mundana y aburrida que está escribiendo una novela, ambientada en el siglo XII. Así, Iris pasa de ser un florero a ser respetada por unos conocimientos que no tiene. Igual que Joséphine, a quien vemos transformarse en una traductora y escritora de éxito. Desde Henriette Plissonnier, la madre desagradable y trepa, al padrastro, grosero pero entrañable, Pancol salta de un personaje a otro a gran velocidad, pero el lector no tarda en comprender que todos están conectados en una gran familia, rota, muy actual, similar a la de mucha gente.
Vale la pena resaltar el estilo de la novela, muy elaborado, pues Pancol cambia de registro de lenguaje según el personaje, mientras recoge un amplio abanico de escenas y diálogos que harán al lector morirse de la risa. Además, ocurren tantas cosas que las 600 páginas se leen de un tirón. Novela realmente muy entretenida, en ella la autora retrata con humor, ironía, delicadeza y amor una sociedad en la que las mujeres tienen un papel primordial. Y como las lágrimas en la novela son de cocodrilo, acabamos riéndonos con ellas.
Vale la pena resaltar el estilo de la novela, muy elaborado, pues Pancol cambia de registro de lenguaje según el personaje, mientras recoge un amplio abanico de escenas y diálogos que harán al lector morirse de la risa. Además, ocurren tantas cosas que las 600 páginas se leen de un tirón. Novela realmente muy entretenida, en ella la autora retrata con humor, ironía, delicadeza y amor una sociedad en la que las mujeres tienen un papel primordial. Y como las lágrimas en la novela son de cocodrilo, acabamos riéndonos con ellas.
Extraído de "El cultural"
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